Coles de Voorschoten

7 de julio de 2010


La novela de Hermans huele a patata y a col. No es que la pobreza invada cada uno de los rincones del texto literario, pero sí una cotidianidad opresiva y estanca. Como el olor a col hervida.
El protagonista,Henri Osewoudt, se nos presnta como un niño acechado por la desgracia familiar. Pero en cuarenta páginas, lo vemos ya casado, independiente económicamente...y en una Holanda invadida por los nazis. Osewoudt (que se describe así: "Un vendedor de cigarros, con una mujer fea y tacaña que le lleva siete años y que le engaña, una madre que está loca, un padre que murió asesinado, afortunadamente. Aunque no lo asesiné yo. Qué lástima") se convierte en un peculiar integrante de la resistencia frente al nazismo. Desde su pequeño estanco en la localidad de Voorschoten, es captado, primero por un misterioso Dorbeck -que desaparece sin dejar rastro- y luego, cómo no, por una chica de larga cabellera y gabardina blanca, recién llegada de Inglaterra. O eso dice ella.

Willem Frederik Hermans, "El cuarto oscuro de Damocles".Barcelona, Tusquets, 2009.

2 comentarios:

NC dijo...

Es la primera vez que veo algo publicado en castellano de este escritor. Creo recordar que alguien lo llamó "el Simenon holandés" ¿no es cierto?

HLO dijo...

Su estilo me recuerda, sí, a Simenon; aunque es menos sintético que aquél, se detiene más en los detalles.