Gaélicas

27 de julio de 2010


Las casas de los pueblos son así. Guardan las cosas más insospechadas. Libros, Sorpresas. Libros que son una sorpresa porque que no recordabas siquiera que los tenías. Y, de pronto, adquieren una nueva significación con una lectura veraniega reposada (como sólo pueden serlo las lecturas del estío, sin urgencia horaria, meditadas).
Eso me ha pasado con el libro de Catriona Zoltowska y Antonio Rivero.
La introducción me recuerda al Borges que, con amenidad, nos introduce en las literaturas germánicas. En la de estos autores se hace referencia a los orígenes del gaélico escocés, una de las ramas del árbol de las lenguas celtas, llegado a la zona desde la vecina Irlanda en el siglo VI d. C.
Las canciones recogidas tienen la peculiaridad de que, en su mayoría, están compuestas por mujeres. De algunas de esas autoras se recoge una breve noticia biográfica al final del libro; tienen nombres tan espectaculares como Donnchadh Bàn Mac an t- Saoir (que murió en fecha tan tardía como 1812) o Dòmhnall mhic Fhionnlaigh nan Dan (que vivió en la primera mitad del siglo XVI).
Los tipos de canciones son también muy curiosos, yendo desde los lamentos hasta las canciones de enfurtir (composiciones que se cantaban mientras se trabajaba la lana) o las ceòl sidhe (literalmente música de hadas, pero que en realidad cumplían la menos poética función de vincular un clan a un territorio concreto).
Una de las más hermosas -y dramáticas también- es el Lamento por Ghrigoair mac Ghrigoair de Gleann Sreith ,decapitado en 1570 en el que se dice: “Pusieron su cabeza sobre un tocón de roble/y vertieron su sangre en el suelo: /si yo hubiera tenido allí una taza/la habría bebido hasta saciarme”.

(En la ilustración, el "Book of Deer", manuscrito escocés del siglo XII con anotaciones en gaélico).

“Canciones gaélicas. Antología de la poesía vernácula escocesa (siglos XVI-XVIII)”. Edición y traducción de Catriona Zoltowska y Antonio Rivero Taravillo.
Málaga, Diputación de Málaga, 2003.

4 comentarios:

Noemí Pastor dijo...

Ya te conté que me cambié de casa a finales de mayo (y me cambiaré otra vez en septiembre) y en la mudanza encontré un libro sobre Islandia que me metió también en ese mundo nórdico, extraño y borgiano.
Vaya nombrecitos. Y luego dicen de los vascos ;-)

HLO dijo...

Pues no sé cómo te las apañas con tanta mudanza...¿Y tus libros? ¿Cómo las llevan?
Y lo del vasco, ya ves, facilísimo.

Noemí Pastor dijo...

De mis libros muchos fueron donados, unos pocos los tengo conmigo y el resto están en un guardamuebles.

HLO dijo...

¡Donados!Yo soy incapaz de desprenderme de uno sólo...Y en un guardamuebles, pobrecitos, ¿no los echas de menos?