Vacaciones de invierno

4 de julio de 2010



La infancia es un reino oscuro. Un lugar donde se alimenta el adulto que será o del que ese hipotético adulto tratará siempre de huir. En esta novela, Benítez Ariza recrea una infancia setentiana a partir de un episodio preciso: el ingreso de un niño en un hospital tras romperse la mandíbula. Un trance que marcará el fin de esa infancia, descrita desde el conocimiento de las condiciones materiales y las atmósferas sentimentales propias de la época (de las madres con peluca o las enfermeras de medias blancas, a los tebeos de Pumby o los mádelmans y las bicis BH).
El cuidado lenguaje de Benítez Ariza, más allá de la pura representación costumbrista, crea un mundo particular en el que las percepciones adquieren categoría de símbolo. Así, por ejemplo, cuando describe a las madres de otros niños enfermos: "ruidosas, groseras, un poco indecentes en el desaliño con que llevaban la ropa descolocada y en el modo en que se despatarraban en las butacas de gutapercha -podía uno imaginarse la tapicería pegada a los muslos- o al filo de aquella camas siempre deshechas, más nidos que camas, en cuyo centro, como un pollo enfermo, alentaba un niño" (pág.17).
Pero el mundo adulto está ahí, en ese hospital, con su cargamento de atracciones y de dolor también. El día en que, su madre y él, persguieron a una polilla hasta obligarla a abandonar la habitación, descubrieron ambién que la felicidad de su padre no se reducía a una caja de merengues y de dulces borrachos. Tampoco -lo comprobará el lector- una sala de juegos hospitalaria es el mejor trasunto de un idílico mundo infantil...(pág. 87 y ss.).
Una novela deliciosa, muy bien escrita, en la que muchos podrán reconocer fragmentos de una puericia inverosímil:la suya propia.

José Manuel Benítez Ariza, "Vacaciones de invierno". Sevilla, Paréntesis, 2009.

5 comentarios:

antonio dijo...

Lo que se aprende en tu blog.
Gracias, no por mil veces repetidas dejan de ser sinceras.

HLO dijo...

Muchas gracias, Antonio. Eres muy amable. Pero de los libros es de donde se aprende de verdad.

Noemí Pastor dijo...

¡Aaaaaaay! Yo leía Pumby. Luego me pasé a Mortadelo y Tíovivo y luego a Lily con "Esther y su mundo".

NC dijo...

Buscaré la novela, aunque la editorial no me suena de nada.

HLO dijo...

Noemí: pues yo tenía una bicicleta BH, fíjate. Y hasta aprendí a montar en bicicleta,

NC:la editorial es pequeña pero muy interesate.