Tengo en mis manos un libro electrónico. Es plateado, ligero (pesa menos que un blíster de mortadela); una ventana enmarcada que abre al mundo libresco.
Pero está vacío. Técnicamente es sólo un" lector de libros"; sólo un soporte.
He metido algunos textos míos en él (mi ensayo sobre el cuerpo humano, un texto sobre la Ilustración).Por ahora, su ingente capacidad de almacenaje sólo atesora el vacío. Y el espesor de lo ya leído, de lo leído hasta la saciedad, que es lo escrito.
Tengo el papel, el pergamino, el papiro, la arcilla. Ahora, como siempre, hay que darles vida con esas minúsculas patas de mosca o letras.
El libro vacío
Tweetear |
1 de enero de 2010
Publicado por HLO en 23:27
Etiquetas: libros lectura
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Veo que los libros electrónicos se van haciendo un hueco en tu librería real. Ya contarás más adelante qué tal la experiencia, sólo conozco a una usuaria habitual del aparatejo y lo dedica, casi exclusivamente, a almacenar los apuntes de la carrera y poderlos llevar a todas partes con mayor comodidad.
Ayer me descargué una novela de Galdós del cervantesvirtual. Ya te diré si se hace más pesado leer ahí o en papel. Por lo pronto, es más pejiguera apretar botón que pasar página en un libro convencional.
Mira que si los Reyes te traen uno...
Un beso y lo mejor para el año naciente.
Publicar un comentario