Celos

21 de abril de 2010



En uno de los relatos -novelas cortas más bien- incluidos en "La pirámide", se apunta a los celos como posible móvil del crimen. Celos y locura, en una proporción que, una vez resuelto el caso, es imposible de dilucidar.
Usualmente, los celos se relacionan con el amor y se los define como el temor de perder el amor del otro. Se los cataloga como una pasión inútil y destructiva. José Antonio Marina cita al psiquiatra Carlos Castilla del Pino: "Los celos propiamente dichos aparecen cuando a la desconfianza sobre la posesión o propiedad del objeto se añade la hipótesis -la sospecha- de que el objeto puede pasar a propiedad del otro, de que el objeto, por tanto, podría serle sustraído por alquien que lo ha enamorado. Los celos no aparecen por l hecho de que el objeto haya dejado de amr al que hasta entonces amaba, sino porque, además, pueda amra a un tercero"
Los celos no son sólo una pasión que sirve al sufrimiento -el celoso sufre de verdad- y al horror -si se lleva hasta las últimas consecuencias ese sentimiento. Ante todo, los celos son un sentimiento relacionado con el orgullo herido, con el amor propio maltrecho. No son tanto un aspecto de la pasión amorosa, cuanto un elemento más de una arquitectura del deseo entendido éste como poder (poder de satisfacción, de acción, de posesión). La pasión del otro (la posibilidad siquiera) se transforma en restricción a las posibilidades de acción del sujeto celoso. Y eso le resulta al sujeto en cuestión sencillamente intolerable.

(En la ilustración, "Desnudo", de Ramón Casas, 1894).

Henning Mankell, "La pirámide". Barcelona, Tusquets, 2010.

José Antonio Marina y Marisa López Penas, "Diccionario de los sentimientos". Barcelona, Anagrama, 2002.

1 comentarios:

NC dijo...

Los celos son envidia de lo que otro se lleva, no amor a lo que se tiene o se pierde.