Crimen y castigo

19 de abril de 2010



No, no voy a atormentaros con la novela del ilustre pestiño Fiódor Dostoyesvki (sí, me la he leído; y me quedó un recuerdo tan acre que no pienso volver sobre ella. Ni tampoco regalarla...alguien sabrá de qué hablo). Voy a hacer referencia a una exposición que estará abierta hasta el 27 de junio en el bellísimo Musée d´Orsay, el museo de los impresionistas en la margen izquierda del Sena. La exposición fue idea de Robert Badinter, ministro de Miterrand, el encargado de abolir la pena de muerte en Francia...en 1981, o sea, anteayer por la mañana. Pero el motivo inicial, centrado sobre la pena de muerte, fue evolucionando hasta incluir obras de arte relacionadas, de un modo u otro, con el asesinato. Y así es posible contemplar desde "La muerte de Marat" del pintor neoclásico David hasta el cuadro, del mismo tema, del pintor expresionista, Edward Munch. Y obras de Goya, Blake o Van Gogh.
La muerte violenta ha ejercido una atracción poderosa, no sólo en los artistas, sino de un modo especial también a nivel popular. La prensa de sucesos también tiene lugar en esta exposición, así como "especialistas" como Lombroso, uno de los partidariso de esa idea tan aberrante de que "la cara es el espejo del alma"; es decir, que los malvados de bello rostro y modales distinguidos lo tenían menos crudo que los malos feos de verdad (su obra "El hombre criminal", tanto como "La mujer delicncuente, la prostituta y la mujer normal", son el paradigma de la tontería elevado a categoría científica).

(En la ilustración, "Muerte de Marat", de Edward Munch; 1907).

Crime et châtiment (Crimen y castigo). Musée d´Orsay, París; 16 de marzo- 27 de junio de 2010.

8 comentarios:

Francisco Ortiz dijo...

Me entristece saber que tienes esa opinión sobre "Crimen y castigo". Para mí Dostoievski es, desde siempre, un autor de referencia y "Crimen y castigo" una obra fundamental para los lectores/escritores de cualquier tipo, y sobre todo para los de novela negra. Es más, me he quedado con las ganas de que alguien señalara que en la novela que he publicado la principal influencia era Dostoievski, fíjate tú, seguramente mi principal maestro.

HLO dijo...

Bueno, quizá es que leí demasiado pronto a Dostovyeski (a los trece o catorce años) y no era el momento.
De todas formas, yo te veo a ti más faulkneriano ¿me equivoco?

Francisco Ortiz dijo...

Faulkner narra más desde fuera, con mayor fuerza mítica y búsqueda de lo trascendente, y su estilo es de frase larga, tendente a la perfección, con atención a la fábula y lo maravilloso (en sentido real y figurado, producto de sus lecturas de la Biblia), y es de una altura ingualablee, pero -agradeciendo que me asignes ese parentesco- confío más en Dostoivski, en su buceo íntimo y poderoso tras el que nos presenta seres enteros, creíbles, casi tan reales como nosotros mismos, sus lectores: por algo es el padre del existencialismo, movimiento dentro del cual me incluyo sin problemas, por muy aparentemente superado que parezca.
Gracias, Herminia, por este diálogo estupendo.
Un abrazo.

Noemí Pastor dijo...

Jolinas, me encantaría ir a verla, pero no va a poder ser. ¿Sabes si luego la van a pasar por provincias?

HLO dijo...

No lo sé; me temo que no. En la página del museo desde luego no dan esa información.
A mí también me gustaría ir. Pero va a ser difícil que antes de julio se me aparezcan así, por ensalmo, unas vacaciones.

HLO dijo...

Querido primo: el existencialismo no está superado. Como corriente filosófica, es posible que haya dado frutos a veces equivocados. Pero la raíz de ese pensamiento, que pone énfasis en la angustia de la existencia humana, está presente en muchos pensadores contemporáneos como Cioran e incluso Canetti, más vigentes que nunca. Es cierto que predomina una veta hedonista muy acentuada,que recorre la filosofía y la literatura también. La pregunta es: ¿es posible articular la vida humana en torno al mero concepto de placer? Onfray diría que sí; la mayoría de los literatos que no. Y la literatura es la encargada de articular esos conflictos y esas zonas oscuras. Zonas oscuras a las que a la palabra filosófica no le es fácil acceder.

Francisco Ortiz dijo...

En esas estamos, pues.
Bueno, y a ver si algún día volvemos a charlar en directo.
Un fuerte abrazo.

HLO dijo...

Pues a ver. Suelo ir a Granada cada dos o tres semanas.

Un abrazo