Libro de los muertos

17 de abril de 2010



La tarea que se propuso Canetti es titánica: luchar contra la muerte. En 1942, es decir, con treinta y cuatro años y en medio de la terrible carnicería de la Segunda Guerra Mundial, escribe: "Hoy he decidido apuntar mis pensamientos contra la muerte tal como me vienen por azar, sin ninguna coherencia, y sin someterlos a un plan tiránico". Atárs había quedado el proyecto de escribir una novela cuyo protagonista había de ser "el enenmigo de la muerte". Quizá estos sintagmas ("Contra la muerte", "el enemigo de la muerte")se ajusten más al contenido del libro, sin los equívocos derivados de la identidad con los libros funeracios del antiguo Egipto llamados también "Libro de los muertos". El título, sí, se justifica por las anotaciones del propio autor. Pero aunque sean las muertes concretas (los muertos concretos: sus padres, sus esposas, su hermano, su profesor, su discípula y amante Friedl Benedikt...) las que constituyen el fermento de la obra, en última instancia es esa lucha titánica contra la muerte la que alienta el libro. Una lucha desmesurada, descabellada; ridícula a ratos, grandiosa otros. Así confiesa: "Lo que temo no es el presente de la muerte. la temo como pasado" (pág. 87).

(En la ilustración, óleo de Antonio Pereda, "El sueño del caballero", ca. 1670; una preciosa "vanitas").

Elías Canetti, "Libro de los muertos". Barcelona, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 2010. Traducción de Juan José del Solar.

1 comentarios:

NC dijo...

Yo también estoy en contra de la muerte; en cualesquiera de las frnajas de edad y en cualquiera de sus formas.