¡Qué frustración! No he podido conseguir a mi idolatrado Canetti. No sé si es problema de distribución; o de simple desajuste entre reseña periodística y mercado libresco. Por contra me he hecho con un libro muy seductor. Que desde la contraportada me lanza estas preguntas a modo casi de severa admonición: "¿Teme usted que el derrumbamiento de su biblioteca lo aplaste mientras duerme? ¿Pone la acumulación de libros en peligro la mera existencia de su familia?..." Etcétera. El autor, a quien no tengo el gusto de conocer, se llama Jacques Bonnet. Es un bibliómano incorregible, defensor a ultranza de las librerías más que de los catálogos virtuales. Pues sólo con aquellas, dice, podemos tener a nuestro alcance libros cuya existencia ignorábamos. Dice Bonnet: " He llegado a tenet un baño con paredes tapizadas de estanterías, lo que imposibilitaba el uso de la ducha y obligaba a bañarse con la ventana abierta (...).Como muchos de mis cofrades ¡no tuve sino hasta tarde una situación inmobiliaria que me permitiera satisfacer mis ambiciones bibiófagas!". Eso en el capítulo 1 titulado "Decenas de miles de libros".
El día también se ha arreglado con las tapitas que nos hemos tomado mi amiga Eloísa y yo. Que las letras también necesitan combustible. Y una charla amigable e inteligente es el mejor de ellos.
Jacques Bonnet, "Bibliotecas llenas de fantasmas". Barcelona, Anagrama, 2010.
De tapas
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10 de abril de 2010
Publicado por HLO en 20:48
Etiquetas: libros lectura
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