Para mí éste no es un día especial. Todos los días son para mí día del libro y la lectura. Tan sólo he dejado de leer en circunstancias verdaderamente graves o dramáticas de mi vida. Y en lugares vedados para la lectura (por ejemplo, es muy difícil leer en un quirófano o en un tanatorio). Los automóviles ya me son antipáticos porque es muy difícil leer en ellos (el tren y el avión son mucho más agradecidos). En los cafés sí se puede leer, no tanto ya escribir (aunque sí lo hacían escritores como Sartre o José Hierro), sobre todo abrir el libro recién comprado y leer con unción las primeras líneas...En el cine es imposible leer; quizá por eso no me guste demasiado el cine. En las piscinas, sólo en sus bordes y si no hay muchos niños ni mucha crema pegajosa en las manos, se puede por lo menos leer algo. En las librería no sólo se puede, se debe leer; sobre todo para no llevarte lo que que no deseas.
Aunque hay un lugar en el que me parece detestable leer. Sólo uno. Sí, querido lector, ése. Sólo ése.
Día del libro
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23 de abril de 2010
Publicado por HLO en 18:17
Etiquetas: libros lectura
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2 comentarios:
Yo tampoco leo en el váter. Me gusta leer en mi cocina comedor, al lado de mi portátil y de la cafetera.
Es que, más que nada, es una porquería. Yo no podría tener, como Bennet, mi cuarto de baño tapizado de estanterías con libros.
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