Fantasmas

11 de abril de 2010



Sólo el título me parecía un poco tonto; a pesar de eso compré el libro (el autor sí que era y sigue siendo fantasmático: ¡son escasísimas las referencias personales en internet!). Y es divertidísimo; cuenta anécdotas llenas de encanto, a la vez que nos describe su mega-biblioteca (eso, sí, muy francesa, por lo que deja ver)y su pasión libresca. En el último capítulo se descubre la razón de ser de este título y me siento ligeramente avergonzada de mi juicio tan precipitado: "fantasma", en francés (según el Petit Larousse) es "Papel o cartón que se pone en el lugar de un libro retirado de un estante de biblioteca, de un documento que ha sido prestado" (pág. 120).
En mi biblioteca sí que no hay fantasmas. Sabido es ¡que yo jamás presto un libro!
Mis libros son míos, más míos quizá, que mi ropa interior o mis bikinis: sólo yo estoy autorizada a llevarlos. Y a hacer con ellos lo que quiera (lo que la figura femenina de la ilustración: usar ambas especies -libros y ropa- a discreción).

Jacques Bonnet, "Bibliotecas llenas de fantasmas". Barcelona, Anagrama, 2010.

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